Fue en la primavera del curso pasado. En aquella época Carlota llevaba su cámara a todas partes y, en el momento más inesperado, click, una foto.
Yo, que también iba cargada con la cámara por aquello del anuario, sentí envidia y, a pesar del careto de Miguel, conseguí hacer unas fotos estupendas para el recuerdo. ¡Lástima que no estuviéramos todos!
(Observad el cambio de look de Arturo)