miércoles, 30 de diciembre de 2009

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Suena de lejos una leve canción, una trágica historia acompañada de un vals apagado cuyos bailarines son la locura transitoria y un mal momento. Y bailan alrededor de una hoguera de fuegos azules y verdosos cuyo humo crea figuras de animales salvajes y de tiburones tigre. Bailan durante horas y no se cansan y tampoco se miran a los ojos, pero sí sonríen como si fuera lo único que saben hacer decentemente aparte de bailar. El suelo de mármol negro sobre el que bailan no se resiente ni se queja, solo llora viéndoles bailar, recordando todos sus años gastados en ser suelo, en no tener una vida real, en solo ser un suelo de mármol colocado en un extraño paraje. Y mientras bailan, durante toda la eternidad, alrededor de la hoguera, un techo abovedado cubierto de estrellas, sostenido por columnas creadas con telas de araña les protege de la lluvia. Una lluvia ácida. Una lluvia torrencial producida por la rabieta de un niño. Una lluvia helada y abrasadora al mismo tiempo. Pero los bailarines no hacen caso ni de la lluvia ni de los elefantes que desde fuera del recinto les observan con ojos pétreos y brillantes junto a otros espectadores que en silencio dan vueltas de campana y se encabritan, y nadan a braza en ríos de melancolía y regalos que nadie quiere, en aguas estancadas que no engañan a nadie, llenas de algas y botellas de champagne.
Y muy lejos de allí la luna, con el corazón roto, con sus cráteres desmoronándose, sueña con bailar un vals. Y aún más lejos un violín sueña con sacar a bailar a la luna al lado de una hoguera, sobre un suelo de mármol techado por una bóveda cubierta de estrellas, observados por los seres más extraños, mientras afuera llueve a cantaros. Como si fuera el final de un cuento de hadas a la inversa. Como dos fantasmas que miran su propio funeral. Como un incendio que devasta un palacio. Como cuando las dudas galopan sobre estepas heladas en Siberia. Como el mensaje subliminal de un vals maldito.

1 comentario:

Pura dijo...

Bien, Mario. Tu última aportación al 2009 anuncia una cosecha excelente en 2010.
Felicidades.