Lo siento por haberte esperado. Lo siento por haberte querido. Lo siento por haberte olvidado a pesar de todo. Lo siento por defraudarte o por no estar ahí. Lo siento por no haberte abrazado suficiente. Lo siento por no haberme reído con tus chistes y por haberme olvidado de tu cumpleaños aquella vez. Lo siento por no haber sido yo mismo en ese momento, el único que fue nuestro. Lo siento por haber llegado tarde tantas veces. Lo siento por haber llegado tarde aquella única vez. Lo siento por desearte. Lo siento por no ser constante. Por no haber sido paciente, por haber flaqueado y dormido demasiado todas aquellas veces en las que debí luchar. Lo siento por haberme arrepentido, por que el remordimiento me mató. Lo siento por no haberte comprendido. Lo siento por no haberte llamado, por no corresponderte. Lo siento por no decir suficiente te quiero. Por no decirte que eras mí mejor amigo. O a ti que habrías sido mi amante perfecta. Lo siento por enfadarme y perderme los buenos momentos. Lo siento por inventarte y creer que podías existir así. Lo siento por envidiarte y por odiarte. Lo siento por no haber sido más valiente, por mirarte a la cara y decir todo esto que arde aquí dentro. Lo siento por no haber sido sincero o por haberte dicho una verdad a la cara como si te quisiera aniquilar. Lo siento por no haberme dado cuenta de las cosas y lo siento por no haber sido quién tu buscabas, o quien tú habrías querido. Lo siento por quererte aún. Lo siento por acordarme de ti y sentir que te pierdo si te olvido y que tengo que olvidarte para caminar. Lo siento por haber irrumpido en tú vida, bueno, eso no lo siento. No siento ser, como no siento existir. Por el resto de cosas que aún me carcomen, por el resto de hechos, de acciones de recuerdos que de mí te han hecho daño y aún a mí me lo hacen, lo siento. Lo siento por tantas cosas y a la vez, ¿qué sería de mí si no las hubiera hecho?
Sólo él se escuchó, sólo él supo cuántos perdones salieron cual exhalación de su boca silenciosa. Como palabras transparentes llenas de oscuro significado. Y purgado, se notó más liviano, porque no tenía ya, el peso del pasado. Nadie, ninguno de esos amigos, familiares, amantes y amores, supo nunca de esos pequeños detalles. Pues no eran perdones de grandes causas y agravios, eran las disculpas de cargas diminutas, que unas sobre otras, cimentaron una montaña de amargos recuerdos. Y cuando por fin supo de su estupidez, derramando una lágrima por cada uno de ellos, se perdonó a sí mismo por todas aquellas cosas. Y entonces siguió viviendo, listo para cometer otros muchos errores a fuerza de caminar, de respirar, de existir…
3 comentarios:
Bienvenida, ave fénix, resucitada de las cenizas de los exámenes. Todos hemos sentido tu ausencia (y la de Sara, por supuesto). Besos, chica espídica.
Qué vuelta tan bonita desde el amargo desierto de los exámenes, Carlota ^^
siiii, este miercoles vamos las dos, con promesas de continuidad :))) jejeje, asias!
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