La vida está alrededor
pero hablándome al oído está
Melancolía.
Su voz es dulce como el desayuno
de hace diez años y amarga
como el primer llanto consciente.
Me canta al oído, me toca con
sus manos de cristal que a la vez
arañan y acarician.
Melancolía me abraza,
me infunde el temor,
me obliga
a enamorarme de mis recuerdos
y que ellos me partan el corazón.
Melancolía
nunca te marchas
siempre
me besas en la boca,
tu
carmín escuece y
se
extraña
como la decisión
que nunca tomé.
1 comentario:
Mario melancólico y romántico. Y tan poético.
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