La brisa no me acompaña los domingos. No me avisa una alarma cuando empiezo a enamorarme. No suena el trino de los pájaros cuando no quiero escuchar nada. El tiempo me corrompe, el dinero más. No creo en los horarios, en los lunes, en los días corrientes. Me deprime la hora feliz de los bares, la música de ambiente, los ases en la manga. No me evaporo en invierno, ni me salen estalactitas de hielo en la frente a la hora de dormir. El agua me da sed. Siempre la misma historia. Barcos encallados. Sonrisas rotas en pequeños trozos. Espejos que no dejan ver. Un rosetón de vidrieras que no dicen nada en el pecho. No me esconden las cortinas de humo, ni los cambios de sentido, ni la doble dirección de las palabras. No se me queda tu nombre. Tus ojos me matan pero más tu indiferencia. Emprendo el vuelo, ríos de tinta. Sangre en los labios. Pesadillas en el café. Alambres de espino en los panales de abejas. Tristes figuras que deambulan sin parar. No tengo prisa, pero soy un impaciente. Días de mirar al pasado con la duda reflejada en el rostro. Noches de recordar lo que no haré en el futuro. Ningún sentido en mis palabras. Corazones de piedra y escamas brillantes. Gelatina en vez de huesos y aspirinas efervescentes en lugar de músculos. Caimanes entre mis manos. Sombras y espejismos que me entierran vivo. Sígueme si no quieres perderte. Piérdete si no quieres regalarme una caricia.
Camina a la pata coja entre las sendas ocultas que se encuentran a primera vista. Bébete las noticias felices en copas de papel de periódico. Raciona el agua, los deseos, el clima. Mantente fuerte. Mantente en vilo. Sigue cantando mientras pasan las horas. Martillos entre los ojos. Cactus por pestañas. No quiero mirar tus párpados. Meses de desesperación al otro lado de mis sueños. Caída libre entre el pozo sin fondo de todo lo que prometí y nunca cumplí. Sin amuletos ni buenas frases. Sin suerte ni azulejos con estilo. Trozos de personas que forman una figura extraña. Monstruos deprimidos porque solo quieren que alguien les comprenda. Mi más sincero pésame. Mi más solemne disculpa. Me irritan los cambios de aires. Me destrozan tus cambios de humor. Localiza mil palomas mensajeras en el mapa. Lee mi futuro en esa noche sin luna. Baila esa música de locos. Comete las estrellas. Revienta en mil pedazos. Desafíos bordados en tu cuello. Corbatas de lunares y trajes de hojalata. Ratones en la despensa hartos de comer.
Duerme conmigo que hoy lloran las estrellas. Duerme conmigo que hoy chillan los planetas. Corre a donde puedas. Salta que sale ya el tren. Dispara el cañón contra la pirámide de los deseos. Mata la envidia, el arte, la suerte. Enseña los colmillos. No me toques sin quererlo de verdad. Reacciona deprisa. Buceo en tus pupilas cuando crees que no te miro. Centauros en tu nuca. Brujas en el desván. Telarañas en el ropero. El mueble bar está más solo que la una. Ya somos dos si navegas conmigo. Salen murciélagos de mis mangas. Los rayos del sol se pelean por violar a la atmosfera. Gira el mundo deprisa y sin marearse. Se volatilizan los besos que lanzas al aire para que no toquen el suelo. Llena de polvo la vitrina donde guardo el corazón, las ojeras, las llaves y la cartera. Gritaremos hasta que la voz explote. Hasta que el mundo calle. Hasta que las nubes se inmuten. Nado en tu veneno. Destrozo tus nervios. Corono a los extraños. Caigo al suelo y si estoy cómodo no me levanto y respiro.
Y respiro.
Y respiro.
Y respiro, entre mensajes cifrados y pinturas rupestres. Salitre en todas direcciones. Otoños avergonzados. Libertad y mucho más a cada respiración.
4 comentarios:
Eres como un hombre encadenado, porque todas las ideas se unen una con otra como en un puzzle, llevando a una imágen final de prisa o de abstracción. estupendo, xra variar.
wow! De nuevo una avalancha de imágenes, sensaciones y pensamientos
genial mario
Rastrearte entre tus textos es como perderse en la niebla... Algún día tenemos que hablar de ellos en el Taller, si tú quieres.
Estupendo, digo yo también
jaja cuando querais hablar de mis textos en el taller hablamos!
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