Aparecen nubes de color verde que sonríen azufre.
Los niños chapotean en los charcos, felices, mientras sus carnes se consumen.
La flor de alhelí se abre ante la lluvia, y entregada, muere.
Invictos, los caballeros dejan que sus armaduras se derritan en acerada saliva sobre sus ropas finas.
Sale de su laguna la muerte y tiende la mano al cielo, mientras por entre sus dedos de sombra se desliza la lluvia de ácido.
La tierra, corroída, llora flores marchitas.
5 comentarios:
Sonrisas ácidas para las flores de azufre.
Pero nuestra misión es rescatar las flores y que, de nuevo, nos generen sonrisas dulces.
Y si no las rescatamos, con sonrisas marchitas, que hagan los días un poco menos verdes será suficiente.
Me encanta Laura, es magnífico. Lírico, visual, poético, provocador, bonito... :)
Muchas gracias, Carlota. Me alegro de que te guste :D
Precioso Laura, me encanta!
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