viernes, 27 de mayo de 2011

Órdenes. 1

No toques eso. No entres ahí. Duérmete. No te subas al bordillo. No te acerques a la ventana. No te tires a la piscina sin manguitos. No comas chucherías antes de comer. Deja de dar golpes. No juegues con el balón en casa. No te arrastres con esos pantalones. No meriendes en el salón. Ponte la falda que te regaló la abuela. No saltes encima del sofá. No hagas ruido. No te pelees con tu hermano. Haz los deberes. No veas tanto la tele. Baja esa música. No vayas con esa gente. No te vistas de negro, pareces una gótica. Vuelve pronto a casa. No discutas con tus padres. Estudia y saca una buena media en bachillerato. No toques la batería, hace demasiado ruido. Escoge una carrera útil. Sácate el carnet de conducir.


Una larga, infinita serie de órdenes destinadas a convertirla en alguien de provecho. Machacadas día a día, tatuadas en su ADN a base de repetición, tantas veces gruñidas que sonaban a ritmo makinero y no a palabras sabias que debían escucharse. La receta para encontrar la felicidad, o eso decían. Hasta que un día perdieron todo su sentido. Claro que la muerte quita sentido a muchas cosas, incluso si no es la propia.


La muerte deja a su paso un rastro pálido y espeso, un hálito congelado tan sutil que sólo aquellos que lo sufren pueden percibirlo. No puedes cruzarte con una persona por la calle y pensar, “ha visto a la Muerte”. No se ve, no se oye, no se huele. Sólo se sufre. Y eso Sofía lo sabía muy bien. Notaba el manto de la Parca día a día sobre sus hombros, combando su espalda, y sobre su cabeza, cegándola y haciéndola sorda a las órdenes que todos ofrecían como su Verdad Universal. Esta vez no eran órdenes ladradas, sino susurradas con cariño y buenas intenciones. Olvídalo. Supéralo. Sigue con tu vida. Eres joven, no dejes que esto te hunda.


Inútil. Como os decía, las órdenes habían perdido su razón de ser. Jorge había seguido todas las instrucciones; tenía, según todos decían, una vida perfecta. Ya. Bueno.


– ¿Sabes? Si alguna vez me muero…


– ¿Y por qué ibas a morirte?


–No sé. Escúchame.


–No, tío, no te escucho. ¿Por qué ibas a morirte? ¿De qué va esto?


– ¿Me quieres escuchar?


–No.


–Vale. El caso es que, si me muero ahora, no deberías estar triste por mí.


– ¿De qué coño hablas?


–Pues de lo que oyes. Si, yo qué sé, si me encuentran muerto mañana… Que no llores por mí, ¿vale?


– ¿Te estás escuchando?


–Perfectamente bien; la que tiene que escucharme eres tú. Sofía, ven aquí, escúchame: no llores cuando me muera, porque no me voy a perder nada. Porque si decido irme, no dejaré nada atrás.


–Me estás dando miedo.


–Normal. Pero quiero que te lo grabes en el cerebro. No llores cuando me muera.


Y eso hizo. No lloró. No habló. No soñó. Durante una semana, ni siquiera creyó estar consciente. Su madre lo había encontrado en la cama una semana después de aquella conversación. Había creído que estaba dormido, que se había saltado las clases. Se indignó. Nunca un hijo suyo se había saltado así las normas. Levantó las persianas ruidosamente, le gritó. Intentó despertarlo a collejas. No pudo.


Ella no le había hecho caso. Había pensado que era una de sus idas de olla. Al fin y al cabo, Jorge estaba muy loco. Solía hacer cosas como esa. Un día, decía que se iba a chutar todo lo chutable, que se iba a beber hasta el agua de la cisterna. Que no tenía nada que perder, y quería probarlo todo antes de ser demasiado viejo y estar demasiado asustado. Al día siguiente, le echaba una filípica acerca de cómo incluso una calada a un porro destruía la dignidad del ser humano y lo degradaba hasta sus más bajos niveles. Era una veleta, cambiaba sus firmes principios según cómo le soplaba el viento. A veces, se soplaba a sí mismo, sólo porque se aburría, por encontrar sus límites. Seguramente, no los encontró.

6 comentarios:

Wiz dijo...

Copiando la idea de Rosselló (lo siento xDD), cuelgo el relato en varias partes, porque es larguísimo y si lo veis seguido no se lo va a leer nadie xP

Pura dijo...

Bien, bien, cuentista ganadora.

C.S dijo...

He creado un apartado de CERTÁMENES LITERARIOS, una página, vamos. Donde están los links que llevan directamente a los cuentos publicados. Así, más adelante, si alguien quiere verlos, puede consutlarlo allí o en las etiquetas :P

Wiz dijo...

Me parece bien, pero el cuento que ha ganado el concurso es Los días de lluvia, este es otro que tenía por ahí guardado jajaja

C.S dijo...

ay! bea! es verdad.... bueno, esq han ocurrido cosas en la vida y... claro, de ahí mi equivocación!!!! jejeje - me encanta esta historia, por cierto. mucho mucho mucho :)

Daniel Rosselló Rubio dijo...

Me encanta, me recuerda al diálogo inicial de trainspotting:)