lunes, 14 de febrero de 2011

Reparar, Reutilizar, Reciclar

Un foco central iluminó la sala, en el centro una silla y ella sentada con las manos esposadas miraba al suelo.
Ellos se habían sentado en una mesa apartada y la observaban desde la penumbra. La situación era bastante peliaguda: ellos, Alicia y Agustín, se veían en la obligación de interrogar o mas bien torturar psicológicamente a la pobre chica, que de pobre no tenia nada. Era sospechosa de triple asesinato, de secuestro y de organizar varios delitos de diversa índole.
Ellos, unos aspirantes a policía y a psicólogo, respectivamente, habían recibido la orden de hacerla confesar junto con el permiso de hacer todo lo que fuera necesario estuviese dentro o fuera de la legalidad.

Le hicieron una serie de preguntas, unas cuantas acusaciones pero ella lo desmintió todo, siempre tenía excusa.
Alicia miró a su compañero meditativa y en repuesta ambos se retiraron a un rincón en la oscuridad.

- Estamos jugando al tenis sin pelota. - dijo Alicia - estas mismas preguntas ya se las han hecho, si no hay nada nuevo no se qué vamos a hacer.
- Bobadas, tarde o temprano cometerá un error y yo estaré allí para notarlo.
- No está tensa ni parece querer defenderse de nada. - Alicia la miró desde la esquina. - ¿Seguro que es culpable?
- No te dejes engañar, lo es, y tarde o temprano lo demostraremos.

Volvieron al ataque. Esta vez las preguntas fueron más enrevesadas, el interrogante se escondía dentro de una parrafada un tanto cansina. Pero tampoco resultó.

- Yo creo que el problema está en que cree que somos unos blandengues. - dijo Alicia.
- Entonces... ¿La táctica del poli bueno, poli malo?
- Exacto.
- Bueno, no se si funcionará pero quizá saque algo de su reacción.

A Agustín le tocó hacer de poli malo, Alicia, por el contrario, la trataba con mayor naturalidad y confianza, empleando un tono de colega.
A Agustín le gustaba el tono que estaba empleando Alicia pero tenía que cumplir su papel.
Hubo algún grito, un par de amenazas, algún empujón a la silla y nada, ella seguía contestando como si nada, muy segura de si misma, dando multitud de datos.

Pero, un momento, Agustín había detectado algo. La sospechosa estaba relatando lo que hizo el día de autos, pero se había equivocado, en su versión anterior había dicho que estaba en su casa de campo, no que volvió a su ático a eso de las 10:00.

Eureca!! Lo Habían encontrado. ahora con unas cuantas frases bien dichas confesaría todo. To-do. Solo Había que...

GAME OVER!!

"Inserte otra moneda para continuar con la simulación"

1 comentario:

Pura dijo...

¡Qué bien que lo hayas colgado! La pena es que no se ven los trozos seleccionados del relato de C. Martín Gaite. En cualquier caso, estupendo.