viernes, 7 de diciembre de 2012

Si habla escucho el mar


La vida está alrededor
pero hablándome al oído está
Melancolía.
Su voz es dulce como el desayuno
de hace diez años y amarga
como el primer llanto consciente.
Me canta al oído, me toca con
sus manos de cristal que a la vez
arañan y acarician.

Melancolía me abraza,
me infunde el temor,
me obliga
a enamorarme de mis recuerdos
y  que ellos me partan el corazón.


Melancolía nunca te marchas
siempre me besas en la boca,
tu carmín escuece y
se extraña  
como la decisión
que nunca tomé. 

1 comentario:

C.S dijo...

Mario melancólico y romántico. Y tan poético.