miércoles, 12 de febrero de 2014

Autodestrucción.

Recordaba la inseguridad con la que actuaba, como si el mundo se lo fuese a comer, o mejor dicho, como si el mundo no quisiera que existiese su propia existencia. Su desconfianza era su estilo de vida. No probaba a hacer cosas nuevas por miedo a no hacerlas bien. No le gustaba hablar con gente nueva. Bueno, no le gustaba hablar a secas. Si algo salía mal, ¿de quién era la culpa? De él. Siempre de él.
Se miraba al espejo y no veía a ese chico (como decía su madre) tan guapo. Se miraba al espejo y se resignaba a vivir con lo que le había tocado. "Es lo que hay", se decía a sí mismo. Y por supuesto, él no era el más indicado para ayudarse a sí  mismo. Porque no sé si lo habéis pensado alguna vez, pero los seres humanos tenemos una extraña tendencia a la autodestrucción. No hace falta que nadie nos venga a decir lo poco que valemos, ya nos lo decimos nosotros solos sin ayuda de nadie. Mira que hay cantidad de pensamientos a lo largo de un día, pues sus pensamientos en la mayoría de ocasiones eran autodestructivos. Estaba acabando con su fuerza interior, con la que todos contamos y con la que todos nacemos. Pero nadie nos enseña a cuidarla. De hecho, nadie nos enseña a cuidarnos por dentro. ¿De qué le servía a él que le enseñasen a cuidar su cuerpo, si ni siquiera le habían enseñado a ser feliz para poder apreciarlo?
Fue entonces cuando descubrió, que lo mejor de él mismo era él. Todo su ser era su mejor arma. A él le gustaba decir que cada uno de nosotros tenemos una especie de tesoro dentro, Un tesoro lleno de todas nuestras virtudes, y de todas nuestras emociones (hasta las más escondidas). Un tesoro, que si tú mismo no cuidas, desaparecerá sin darte cuenta. Hasta que un día ya no te acuerdes qué era lo mejor de ti, ni qué te hacía tan especial.
Él tenía bien claro que la felicidad que buscaba no la quería encontrar como estado de ánimo casual. Quería que la felicidad fuese su estilo de vida.

Ahora, cuando se mira al espejo, sigue diciendo: "Es lo que hay", pero inmediatamente se ríe, sabiendo que él mismo es lo mejor que le había pasado en la vida.

2 comentarios:

C.S dijo...

Enhorabuena!!! Tu primer post en el blog. Soy tan feliz :) Como te dije, es un texto estupendo, muy reflexivo y optimista que no sólo habla del cambio, sino que evoluciona en sí mismo!

JL dijo...

Muy buen post joven Luna. Es una de las lecciones de la vida, larga y dura, pero muy importante, puedes perder todo lo que tienes, para finalmente crecer y encontrarte a ti mismo, y ahí, es cuando empezarás a valorarte.