Esta vez fue un perro el que surgió de la bolsa, un perro negro como la noche que reinaba en todos los rincones de aquella prisión, de ojos que cambiaban de color a cada segundo. Rojo. Amarillo. Verde. Violeta. Sus orejas parecían escuchar hasta las conversaciones entre las células y lo átomos. Azul. Naranja. Gris. Las manos acariciaron el pelaje de aquella cabeza y la encajaron perfectamente en el cuerpo, tras la presentación silenciosa de los tatuajes ondeantes. Marrón. Blanco. Rosa.
- ¿Quién eres tú?- Preguntó una vez más la razón, ansiosa por su hambre eterna de historias.
- ¿Yo?- Contestó contestó con un ladrido aquel extraño ser- Yo soy e primero y el último, el que otorga la vida cuando uno ya lleva tiempo caminando por el mundo, y que la quita sin arrancarte del todo de él. Pistacho. Violeta. Granate.
- Pero ¿Quién eres?
- Yo soy el amor, en su estado más puro, sin corromper, sin modificar. Soy el amor eternamente fiel, el que te protege de todo mal. Soy el que te trae la Luna, si la pides, si la piensas. Soy el que sigue tus huellas hasta en desiertos, hasta en los fondos marinos. Soy el que te guía en tu camino, el que te encuentra un sendero a seguir hasta husmeando en la vía láctea. Ocre. Turquesa. Lavanda. Soy el que deja que le ates sin correa alguna, sin cuidado ni respeto. Soy el que te encadena mirándote a los ojos, colocando su corazón sobre la mesa, el cerebro entre tus piernas y un montón de besos en tu pecho y en tu regazo, tantos que se te caen cuando caminas, y yo los vuelvo a recoger para entregártelos de nuevo. Negro. Púrpura. Añil. También soy salvaje e indómito, sin amaestrar, incorregible de dentelladas y vueltas de campana. Amor calientasuelos. Ahogasábanas. Amor tormentoso, que hace llover. Amor fundedías y enciendenoches. Amor de más y más colmillos. Amor a cuatro patas y piel bajo la piel. Amor de zarpas encendidas. De rodillas que se arrastran. De lenguas exploradoras, adictas a la espeleología. De armaduras de sudor, para dos. De lametones con dueño. Cuando yo corro por el mundo las lágrimas valen la pena, las cicatrices no amoratan, no dejan de doler, no dejan desaparecer las viejas y amargas sonrisas. Cuando aúllo al cielo las nubes se apartan. Cuando ladro a las estrellas éstas se dejan caer, con la esperanza de poder sentir mi eco. Así muevo yo el mundo, hasta quedarme en los huesos, hasta secar cada oasis y cubrir de vida cada yermo pedregal. Hasta que no me necesitan aquí y debo partir hacia el siguiente horizonte. Donde siga habiendo alguien que cambie todos sus atardeceres por un solo amanecer.
Tras este relato, el perro hizo una pausa y dijo:
- Ya has escuchado todo lo que debías conocer, ahora te toca ser libre.
Procedió entonces aquel enigma de tatuajes a separar la cabeza de perro de su eje, arrugando la piel, como si hubiera demasiada para tan poca carne y hueso. NO obstante, esta vez no introdujo la cabeza en su envoltorio, sino que la colocó a su lado. Y tras ello algo se revolvió en la bolsa de cuero, y rodando escaparon una a una las tres cabezas restantes, y formaron un círculo alrededor del cuerpo tatuado. Después ocurrió lago extraordinario.
Las cabezas comenzaron a deshacerse. Como cenizas vertidas en el mar, como hojas secas aplastados por un niño enloquecido por el azúcar. Como tinta que oculta su mensaje por la caída por el bombardeo de las lágrimas. Las cabezas se diluyeron en el aire, se evaporaron, y juntas formaron una pequeña golondrina de humo azul, que voló en círculos hasta ser tragada por las voraces bocas de las costillas de la razón. Su cuerpo se electrificó, sus pupilas se dilataron. Su piel fue de gallina y sus pelos de punta y mechas de colores. La razón entró en éxtasis, inmersa en una nueva sensación que nunca había experimentado.
El mundo tomó mil colores que hasta entonces sólo habían sido del negro, se apagó la oscuridad, gasolina recién exprimida incendió la luz, y en una ráfaga la razón atravesó aquel lugar. Aquel eje del mundo que nunca giraba se fue alejando a la velocidad de la luz, rompiendo los muros y las barreras de sonido y silencio. Sintió nauseas y lo vomitó todo con una sonrisa. Sintió miedo y gritó hasta que sus cuerdas vocales se quedaron sin acordes. Sintió la realidad, y sus sueños se aparecieron sobre su piel, y llenaron las curvas de su cuerpo de mil tatuajes que contaban mil historias, historias de mil cabezas rotas parlantes, historias de perros y guerreros samurai, historias de hombres que fueron dioses y de dioses que que fueron un segundo, en un segundo beso, y en otro y en otro más.
Así corrió la razón por la superficie del mundo, coloreando las agrias caras de los hombres de acero y banderas. Así removió las sucias aguas del pensamiento estancado. Así reconstruyó el puzzle del mundo desde sus cimientos, que no encajaban. Así dio la vida de nuevo a este rincón perdido entre galaxias espiral. Contra lo ignífugo. Contra los tintes indelebles de las sábanas. Contra el cierre de los bares. Contra los horarios preestablecidos. Contra el sueño. Contra el hambre. Por los sueños. Por todo lo devorable. Por la locura. Por el sudor. Contra el control. Contra el autocontrol. Contra los límites antipensamiento. Contra los barrotes encierrasentidos. Por un hueco entre los segundos. Por la libertad. Por querer. Por que valga la pena. Por mi. Por todo. Por ti, el que me está escuchando. Por ellos, que no dejan de leer. Por vosotros y por todo el mundo. Por otra historia que, otra noche, te arrope antes de marcharte a dormir.
- ¿Quién eres tú?- Preguntó una vez más la razón, ansiosa por su hambre eterna de historias.
- ¿Yo?- Contestó contestó con un ladrido aquel extraño ser- Yo soy e primero y el último, el que otorga la vida cuando uno ya lleva tiempo caminando por el mundo, y que la quita sin arrancarte del todo de él. Pistacho. Violeta. Granate.
- Pero ¿Quién eres?
- Yo soy el amor, en su estado más puro, sin corromper, sin modificar. Soy el amor eternamente fiel, el que te protege de todo mal. Soy el que te trae la Luna, si la pides, si la piensas. Soy el que sigue tus huellas hasta en desiertos, hasta en los fondos marinos. Soy el que te guía en tu camino, el que te encuentra un sendero a seguir hasta husmeando en la vía láctea. Ocre. Turquesa. Lavanda. Soy el que deja que le ates sin correa alguna, sin cuidado ni respeto. Soy el que te encadena mirándote a los ojos, colocando su corazón sobre la mesa, el cerebro entre tus piernas y un montón de besos en tu pecho y en tu regazo, tantos que se te caen cuando caminas, y yo los vuelvo a recoger para entregártelos de nuevo. Negro. Púrpura. Añil. También soy salvaje e indómito, sin amaestrar, incorregible de dentelladas y vueltas de campana. Amor calientasuelos. Ahogasábanas. Amor tormentoso, que hace llover. Amor fundedías y enciendenoches. Amor de más y más colmillos. Amor a cuatro patas y piel bajo la piel. Amor de zarpas encendidas. De rodillas que se arrastran. De lenguas exploradoras, adictas a la espeleología. De armaduras de sudor, para dos. De lametones con dueño. Cuando yo corro por el mundo las lágrimas valen la pena, las cicatrices no amoratan, no dejan de doler, no dejan desaparecer las viejas y amargas sonrisas. Cuando aúllo al cielo las nubes se apartan. Cuando ladro a las estrellas éstas se dejan caer, con la esperanza de poder sentir mi eco. Así muevo yo el mundo, hasta quedarme en los huesos, hasta secar cada oasis y cubrir de vida cada yermo pedregal. Hasta que no me necesitan aquí y debo partir hacia el siguiente horizonte. Donde siga habiendo alguien que cambie todos sus atardeceres por un solo amanecer.
Tras este relato, el perro hizo una pausa y dijo:
- Ya has escuchado todo lo que debías conocer, ahora te toca ser libre.
Procedió entonces aquel enigma de tatuajes a separar la cabeza de perro de su eje, arrugando la piel, como si hubiera demasiada para tan poca carne y hueso. NO obstante, esta vez no introdujo la cabeza en su envoltorio, sino que la colocó a su lado. Y tras ello algo se revolvió en la bolsa de cuero, y rodando escaparon una a una las tres cabezas restantes, y formaron un círculo alrededor del cuerpo tatuado. Después ocurrió lago extraordinario.
Las cabezas comenzaron a deshacerse. Como cenizas vertidas en el mar, como hojas secas aplastados por un niño enloquecido por el azúcar. Como tinta que oculta su mensaje por la caída por el bombardeo de las lágrimas. Las cabezas se diluyeron en el aire, se evaporaron, y juntas formaron una pequeña golondrina de humo azul, que voló en círculos hasta ser tragada por las voraces bocas de las costillas de la razón. Su cuerpo se electrificó, sus pupilas se dilataron. Su piel fue de gallina y sus pelos de punta y mechas de colores. La razón entró en éxtasis, inmersa en una nueva sensación que nunca había experimentado.
El mundo tomó mil colores que hasta entonces sólo habían sido del negro, se apagó la oscuridad, gasolina recién exprimida incendió la luz, y en una ráfaga la razón atravesó aquel lugar. Aquel eje del mundo que nunca giraba se fue alejando a la velocidad de la luz, rompiendo los muros y las barreras de sonido y silencio. Sintió nauseas y lo vomitó todo con una sonrisa. Sintió miedo y gritó hasta que sus cuerdas vocales se quedaron sin acordes. Sintió la realidad, y sus sueños se aparecieron sobre su piel, y llenaron las curvas de su cuerpo de mil tatuajes que contaban mil historias, historias de mil cabezas rotas parlantes, historias de perros y guerreros samurai, historias de hombres que fueron dioses y de dioses que que fueron un segundo, en un segundo beso, y en otro y en otro más.
Así corrió la razón por la superficie del mundo, coloreando las agrias caras de los hombres de acero y banderas. Así removió las sucias aguas del pensamiento estancado. Así reconstruyó el puzzle del mundo desde sus cimientos, que no encajaban. Así dio la vida de nuevo a este rincón perdido entre galaxias espiral. Contra lo ignífugo. Contra los tintes indelebles de las sábanas. Contra el cierre de los bares. Contra los horarios preestablecidos. Contra el sueño. Contra el hambre. Por los sueños. Por todo lo devorable. Por la locura. Por el sudor. Contra el control. Contra el autocontrol. Contra los límites antipensamiento. Contra los barrotes encierrasentidos. Por un hueco entre los segundos. Por la libertad. Por querer. Por que valga la pena. Por mi. Por todo. Por ti, el que me está escuchando. Por ellos, que no dejan de leer. Por vosotros y por todo el mundo. Por otra historia que, otra noche, te arrope antes de marcharte a dormir.
12 comentarios:
Bueno, qué más decir?
que fin del cuento:)
¡Ojalá la razón (esta razón) inunde nuestras cabezas y nuestros corazones!
Me encanta, Dani.
Me gusta mucho que intercales los cambios de color en medio del texto, le da fluidez. Y creo que con ésta historia podrías hacer algo mucho más largo, tomándolo como base, es muy original ;) Leetelo porque hay algunas frases que se repiten (:P) y no te habrás dado cuenta jeje. Me ha gustado mucho, son tres textos muy visuales, que suman sentidos con más de una lectura!
NO encuentro las frases repetidas XDXD...o es entre los tres textos?'XD
gracias!!...ya pensare si lo uso para algo más largo, pero esque largometrajes...buffff....Sara ya es la especialista en eso XP
Pues existen.... ^^ jaja, lo mismo me tengo que hacer mirar la vista (la cabeza....) pero vamos, que con repes o sin ellas, promete :P
ah y sara no hace largometrajes, hace enciclopedias. Tu piensalo, y cuando alguno de vosotros se forre, me invitais a tomar un café xD
Yo te entiendo, cuando escribo algo, sobre todo trabajos, que claro, son muy largos [largos de verdad] como los he escrito yo, nunca veo los errores gráficos ni las palabras mal escritas. Así que tengo que imprimírmelo para verlas. Porque como lo has escrito tú, pues es que el texto te lo sabes de memoria y lo lees automáticamente, ¡aunque no te des ni cuenta!
Para ayudar te he puesto las frases que creo que podrías revisar :)
- ¿Yo?- Contestó contestó con un ladrido aquel extraño ser- Yo soy e primero y el último.
Soy el que sigue tus huellas hasta en desiertos,hasta en los fondos marinos.
como hojas secas aplastados por un niño.
El mundo tomó mil colores que hasta entonces sólo habían sido del negro.
historias de hombres que fueron dioses y de dioses que que fueron un...
Enciclopedias? EN SERIO? Enciclopedias?? No se te ha ocurrido un símil más aburrido, pesado y tostón?
gracias por los ánimos, ahora sí que me suicido...
Bueno, ahora el comentario de verdad: wao! Estás lanzao eh? Además, lo colgaste super rápido. No has tardado nada en terminarlo!
Coincido con Car en que aquí has conseguido cosas muy buenas y que quizás deberías plantearte hacer algo "grande" con ellas.
Aparte, todo el discurso del perro ... es genial, de verdad, genial. Genialísimo. Diría que es precioso, pero todos os lo ibas a tomar como algo muy cursi, así que no lo diré. Para mí, sin duda, la mejor de las cabezas. Pero siento curiosidad ¿el amor, un perro? ¿por qué?
ah! y:
Sus orejas parecían escuchar hasta las conversaciones entre las células y lo átomos.
¿Quién eres tú?- Preguntó una vez más la razón, ansiosa por su hambre eterna de historias.
- ¿Yo?- Contestó contestó con un ladrido aquel extraño ser-
Noooooooooo porfa vor porfa vor por fa vor!!! decidme que los habeis borrado vosotros!! porfavooor decidme que habeis borrado los comentarios que hice!! decidme que habeis sido vosotros!!!
No,no hemos sido nosotros, no se que coj(flautas) le ha pasado a los pu(flautas) cabr8flautas) que controlan esto...pero han limpiado...pero no te preocupes, gracias por tus comentarios positivos y también por el recordatorio de las que estaban mal, que aunque no me acuerdo cuales eran los revisaré afondo y ya está XD
no te ansies, no te ansies
mmmmm Sara tiene un grave problema de autocontrol! jajajajajaja entre eso, y que los de Blogger han tardado medio sglo en ir poniendo los comments.... esto es un horror! jajajajaa qué lio. Bueno, yo sabía que exisitían esas extrañas frases repetidas, lo que implica que no estaba loca y ya. Porque el texto, evidentemente, era igual de bueno :)
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