- Konichiwa, mi nombre es Ronin, o al menos así me conocieron durante generaciones, mi verdadero nombre, lo he olvidado.
Asombrada, la razón sufrió escalofríos de curiosidad.
- Cuéntame quién eres, hombre de los tatuajes.
- Yo soy un guerrero sin nombre ni destino, sin dinero ni amo, ni amor ni odio. Yo soy el amor de la vida, y de la muerte. Mi única voluntad es ser libre, mi único deseo, la justicia. Rechacé ami inocencia por conseguir la paz, ami honor por el filo de la katana. Vendí todas mis pertenencias, pues el viaje era largo, porque el camino nunca termina. Escupí a mi amo, pues ningún hombre ni mujer serán dignos de mis reverencias, mi deseo es que ni los dioses agachen la cabeza al observarnos. Olvidé el amor en una botella de mil lágrimas, que se llevó el océano, y el odio lo enterré en la cumbre del monte Fuji.
Aquel que me desafíe será aniquilado, quién robe la felicidad y siembre el mal, devastado. Y por cada vida arrebatada tatuaré una nueva maldición sobre mi piel, para que no olvide nunca el amargo precio de seguir respirando, de que el tiempo continúe devorando mi alma.
Yo, querida Razón, escogí la libertad porque era la única capaz de completar los huecos de mi horadado corazón, y la justicia, para que queden siempre estrellas en el cielo, que ya han caído demasiadas, horrorizadas por las visiones de este tierra. Demasiadas cadenas, demasiadas cenizas, demasiadas mentes destruidas, demasiada tristeza. Y aunque mi cabeza se ha estrellado y quebrado ya mil veces contra los acantilados de la realidad, continuaré hasta hacer de las rocas suave seda.
Y cuando nada me quede por hacer, cuando nada quiera ni espere nada, cuando mi valor ya no alumbre a las almas perdidas. Abandonaré este lugar repleto de escombros y pétalos de cerezo, de nieve y guerras, para reunirme con mis ancestros al otro lado del éter. Rajaré mi vientre con mi propia espada, sin perturbar la paz alcanzada, vertiendo mis adentros y mi sabiduría sobre el mundo. Y que alguien tome mis armas si lo considera oportuno, y construya su propio palacio en su espíritu, para escribir su propia lucha.
Tras estas palabras que mecían como olas marinas, Ronin inclinó su cabeza en un saludo milenario, apretó sus manos contra sus mejillas y comenzó, tras el baile de tinta sobre la yugular, a desenroscarse, como si de un ritual sagrado se tratara. De nuevo emergió la rosca plateada, como si de un faro sobre el horizonte nocturno se tratara.
Otra vez, el cuerpo introdujo sus manos en el interior de la bolsa, otra vez se removieron extraños seres en su interior. Una nueva cabeza apareció entre aquellas manos que parecía páginas de un libro aún por descifrar. Esta vez surgió un rostro delgado, sin afeitar, con un pelo largo y desordenado, con una corona de espinos sobre la frente.
Como la vez anterior, la cabeza fue retorcida en el aire, hasta que el ondulado pelo cubrió los hombros y los labios del hombre emitieron un suspiro, como si llevaran dos milenios sin respirar.
- ¿Quién eres?- Preguntó la razón, deseosa de que su curiosidad fuera satisfecha, quizás eternamente, quizás con una constante erupción de cabezas rotas y parlantes y arrancadas. Quizás así su soledad y sus barrotes serían menos leves mientras esperaba su final.
- ¿Quién soy? Veo que hasta la Razón ha olvidado mi nombre y su significado-dijo aquel nuevo y bondadoso ser, sonriendo-Yo soy quién tu quieras que sea, soy el que te sirva para no despreciar tu vida, el que te haga no tener miedo, o tenerlo sólo para afrontarlo. Hubo, hace ya tiempo, quién me llamó Jesús, Rey, Cristo. Incluso algunos me consideraron un dios, el único dios. Seguramente no oyeron las carcajadas del resto de dioses al verles creer que había un único.
Yo no engañé, excepto para mostrar mayores verdades, no robé, excepto aquello que era de todos y que sólo uno tenía, no maté, pero hice sufrir a quién lo merecía. Yo no usé la magia, no invoqué a ningún genio. No quise oro ni riquezas, o nada que pudiera atrapar entre mis manos. Porque, como sin duda tú ya sabes, hay tesoros que no se tallan sobre piedras preciosas, hay paraísos en esta tierra que no se construyen con madera o acero, que caben en el minúsculo abrazo de una conexión nerviosa. Y por cada pecado cometido para conseguirlos grabé un fragmento del mapa del infierno sobre mi piel. Por ello yo realicé un viaje que no llevaba a ninguna parte, pero que movió alas gentes de todo el mundo. Por ello yo pesqué con harina durante dos días y amasé pan con agua de río durante dos noches para que cientos pudieran comer, antes de que yo pudiera dormir. Les dije a unos que se levantaran y a otros les prometí que andarían. Porque no hay peor enfermedad que creerse enfermo ni peor mal que no querer vivir.
Creen que morí por ellos. Que cuando me colgaron de aquella cruz de madera fui su mártir, un dios inmolándose contra los muros que los hombres se habían creado.
Pero no fue así.
Si pesqué, amasé y sané piernas no fue por ellos, tampoco morí, ni sufrí por ellos, ni por Dios ni por mí. Fue por unos ideales, por un imperio maravillosos llamado esperanza, fue para mostrarles que valía la pena vivir por algo, y morir por algo. Les mostré como en nombre de la fe en sí mismo un hombre puede cambiar el mundo más que todos los dioses del panteón.
Y dicho esto, aquel desaliñado personaje hizo girar su cabeza para separarla de su improvisado cuerpo. O tal vez fue el propio mundo el que giró para que pudieran continuar las historias.
La cabeza fue introducida en la guarida de cuero, resonaron voces, quizás procedentes de lugares remotos. Y una última cabeza vio la luz allí, en el sótano del mundo.
11 comentarios:
Hala, ya sólo me queda el final XP
Genial, Dani. Te vamos a echar de menos en este final de curso.
Me he perdido. ¿Final de curso? ¿Acabamos ya el taller? drama, drama.
Dani, cojonudo! Gracias, otra vez, por hacerme las clases más entretenidas!
Cuando he leído lo de la corona de espinas, me he dicho, no puede ser cierto, pero contigo casi todo parece ser posible! Muy existencial, a ver qué haces con el final! :)
PD la verdad esq lo de ir enroscando cabezas me parece muy original.
jajaj de nada kalero, para eso estamos(atiende ,coño¬¬)
gracias Car, a ver si consigo terminarlo de una vez(lo que cunde el ir y venir por media línea 6)
lo del final de curso es sólo para mi, que mis estreses colápsicos académicos me impiden acudir estas últimas semnas, sorry...pero seguiré con mis cabezas y con lo que surja :)
ajá! xD xD ya se confirma pues que eres un traidor en toda regla jajaja pero si tienes los exámenes a finales de Junio! xD anda anda... bueno, saldrás del grupo selecto de personas que podrán gozar de la compañía de Sara y Carlota en su último mes en el taller forever and ever. Jo, decirle adiós al taller para siempre es un drama, la verdad :( Bueno, pues que te cunda al menos ;))
Uy, Carlota, no digas eso, que se me parte el corazón. Además, ¿es que no pensáis volver después de la erasmus? Por Dios, que Europa no os va a cambiar tanto como para no querer nada más con nosotros, ¿o sí?
Pues Sara y yo digamos que nos estamos despidiendo un poco, porque después del Erasmus (tiempo en que echaremos al taller de menos como en INMENSAS cantidades!!) no sabemos bien qué haremos, qué pasará. Evidentemente nos pasaremos siempre que podamos, pero vamos a estar sin ir tanto tiempo que yo que soy una snetimental total pues intento hacerme a la idea jeje, si no luego lo paso peor. Pero momento a Madrid que vengamos, si es lectivo, vendremos!!!! Ay, qué dura es la vida jejejeje (ya lo dejo) :))))))
Madre mia...yo que pensaba econtrarme con 9 críticas literarias y en su lugar me topo con peyas y lágrimas de emoción por despedidas no sucedidas! xD venga que no es para tanto, ya tendremos tiempo de abrazarnos y llorar en junio! ;)
Estreses colápsicos? Eso me lo apunto! quien sabe cuando podré necesitar una enfermedad como esa! ;P
Oye Dani, mola un montón!! (y que conste que he utilizado esta frase tan old fashion de forma totalmente deliberada).
Estoy deseosa de seguir escuchando historias :) Voy a tener que informarme sobre el Ronin ese ( al otro me lo conozco un poco), porque deduzco que estás tratando a personajes "reales", ¿no? Por cierto creo que te has comido un "manos":
Ronin inclinó su cabeza en un saludo milenario, apretó sus contra sus mejillas y...
Me gusta mucho el estilo que estás empleando, no me preguntes por qué pero me recuerda a cuando hicisteis en teatro (años ha) lo de Harún al-Rashid. Ese estilo de narrador de cuentos.
Y algunas frases que me han encantado:
-...la razón sufrió escalofríos de curiosidad.
-Tras estas palabras que mecían como olas marinas...
-Una nueva cabeza apareció entre aquellas manos que parecía páginas de un libro aún por descifrar.
Muy poético!
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