miércoles, 23 de mayo de 2012

Digo: Invento palabras.

Digo: Me siento destarcalado, sí destarcalado, como una habitación en la que no deja de llover, con los muebles caídos, los libros por el suelo y la cubertería clavada en el techo lleno de nubes.

Digo: sí, detarcalado, y confundirioso, como perdido en un bosque de personas en movimiento que de repente se enraizaron al suelo de las calles, y no me dejaron ni andar ni correr, ni hablar ni ser libre. Entonces me enfurecí, por sentir que el mundo me tendía una trampa. Una trampa surgida de tus más terribles pensamientos, una trampa de gentes a las que ya no importa nada, ni el mundo, ni la vida, ni yo. Ni ellos mismos.

Digo: Destarcalado, confundirioso.

Digo: Abanderdido ¿Sigues necesitando una explicación? Abandonado por Dios y el Diablo, por no tener valor para rendirme. Confundido, porque ya no sé a dónde dirigirme.

Dices: (…)

Digo: Tú no dices.

Digo: Ya lo dijiste todo y nada.

Digo: Porque por ti ya sólo puedo decir penugnancia. Pena de llorar en nombre de todos los momentos que guardaste para no hacer nada. Repugnancia, tanta como para llenar de vómito todos los rincones de tu existencia. Por no haberla aprovechado.

Digo: Me faltan palabras para poder sentir en condiciones. Voy a llenar los márgenes del diccionario de blasfemias verbales. Escribiré mil veces las dos mil palabras que necesite para poder hablar, y las subrayaré en amarillo para que se te salgan los ojos de las órbitas cada vez que leas sus páginas.

Digo: Sí, algunos inventan palabras. Yo en cambio prefiero violarlas, acabar con su dignidad, corromperlas hasta que se desentrañan.

Dirán: ¡No existen!

Digo: ¿Y qué? El lenguaje es mío y me lo follo cuando quiero.

Dirán: ¡Oh! Que burdas palabras.

Digo: Mentira, peores son las palabras que son utilizadas para la mentira y para la falacia.

Dicen: (…)

Digo: Sólo dicen silencio, silencio insensible. Silensible. No se paran a contemplar nuestras miradas de incredulidad cuando vemos que ya nadie recuerda la tristeza. No ayudan a los mendigos desvanecidos, pasan de largo ante robos a mano armada, prefieren el fútbol a la defensa de sus derechos. No gritan, no se quiebran en llantos. Por dentro son desiertos. Por fuera no luchan ni viven. Carentes de identidad. Maniquíes sin rostro desperdigados por las costas de todas las ciudades. Llenándose de algas y de arena con el golpe de las olas.

Dice: (..)

Digo: Él dice que estoy loco, que la vida es perfecta y ordenada, que la guardería apunta al colegio y el colegio a la universidad. De la universidad al trabajo de tu vida. De tu vida, que es lo que tendrás que pagar a cambio de él. Un matrimonio y tres hijos, un chalet adosado con jardín y piscina. Vecinos idiotas que hacen barbacoas los domingos.

Decimos: Somos los que nos salimos del camino de tarjetas Visa Oro. Los armados con paciencia, puños cerrados y muy poca vergüenza. Somos los inadaptados. Los que sobrevivieron a las familias desestructuradas. Somos los que inventan palabras, e imágenes, cuentos y mundos paralelos. Porque lo real nunca es suficiente, y no me digas que no se puede cambiar.

Decimos: Somos los que dijimos en alto lo que otros ni siquiera se atrevieron a pensar. Los que esperan que diez mil años de evolución hayan servido para algo. Los que confían en el despertar de esos cerebros cargados de prejuicios y de métodos para escapar de la realidad.

Digo: Me voy, quiero ver el mundo, quiero grabar en mi memoria cada uno de los atardeceres de mi vida. Quiero conocer a toda la humanidad. Quiero hablar todas las lenguas, saborear todos los manjares del mundo. Quiero alegría. Quiero miedo, sudor, lágrimas, temblores, frío, quemaduras, herida de bala, palabras, silencios, abrazos, sueños. Quiero saberlo todo, conocerlo todo.

Decís: (…)

Digo: Decís que soy un soñador, que moriré como un apátrida. Sin origen ni familia ni amigos. Que no encontrarán mi cadáver. Que mi vida y mi alma se perderán. Que nadie recordará mi historia.

Digo: Que os jodan.

Digo: Son los momentos que poseo, y los deformaré hasta hacer de ellos esculturas de lo que siento.

Digo: Y un cuerno, la vida es monstruizante. Monstruosa, como un millón de litros de agua abalanzándose sobre ti. Alucinante, como contemplar la creación del sistema solar en segundos.

Digo: La vida es un enorme teatro, la vida es la verdad del mundo. Y decir la verdad de las cosas es decir la poesía de las cosas.

Dicen: (…)

Digo: No sé que dicen, tal vez he dejado de escucharles.

Digo: A la mierda la universidad, a la mierda la vida predefinida de filetes plastificados. A la mierda las amistades en holograma, los destinos homologados, felicidad en tetrabrick. Come a las dos, levántate a las siete, media hora en el gimnasio, tu imagen siempre será imperfecta, ejercicio envasado al vacío. Ocho porciones diarias de sueño. Soñar es para niños e inmaduros. Imaginar es de locos. Amor con conservantes, sexo con colorantes. Pero la luz apagada. Que le jodan a las veinticuatro horas de contacto inhumano, a la batería chupasangres del smartphone. Pronto la conectarán a nuestras almas. Pronto reiremos en sobres de doscientos gramos, sentiremos en emoticonos.

Digo: Pronto venderán porciones de catarsis en píldoras, orgullo en pastillas efervescentes, pasiones en complejos vitamínicos. El sentido de tu vida en galletitas de la suerte

Digo: Lárgate de aquí. Vive como te diga el instinto. Cambia drogas por cumbres nevadas y el What's up por la selva más lejana. Vive como lo sientas, no necesitas un título firmado por alguien que no conoces para lograr eso. Se acabó el contar calorías, el medir la cantidad de oxígeno utilizado para respirar. Que empiece todo de nuevo, que empiece la poesía, que empiecen los cuentos y el teatro.

Dicen: ¡Pero es terrible, vas a acabar con todo!

Digo: No, voy a crearlo todo.

15 comentarios:

Wiz dijo...

El lenguaje es mío y me lo follo cuando quiero... Qué fino xD Pero qué cierto, la verdad. Muy chulo ^^

C.S dijo...

Bueno majo, llegados a estas alturas de la historía qué decirte? Que se bebe tu nombre de las palabras y que este grito furioso contra el mundo organizado me ha entusiasmado :) Sobre todo algunas partes, que me parecen genuinamente glorifosas, gloriosas en cómo están redactadas y furiosas en el peso del diálogo sobre el lector. Echaba de menos tu voz gritándole al mundo en mi oreja y aquí está!

Pura dijo...

Digo: Chilla, grita, alza tu voz, cómete el mundo, pero sigue escribiendo.
(Ojo: de repente y enraizaron. Corrígelo, porfa)

Daniel Rosselló Rubio dijo...

Merci a todas, seguiré escribiendo para satisfaceros (es lo mínimo que puedo hacer)

y gracias por los apuntes Pura, de tanto copiar y pegar de un formato a otro me olvido de corregir ;)

Sara dijo...

Bueno tengo un problema: tengo demasiadas cosas que decir al respecto de este texto tuyo, Dani (suele ocurrirme con los textos que me gustan especialmente o que son especialmente jugosos xD). Así que… he escrito mucho. Espero por favor que no te moleste, pero es que había demasiado para analizar, -¡Has creado un texto riquísimo!- y… no he podido resistirme.

También apelo a tu comprensión y paciencia, si en algún momento digo algo incorrecto o equivocado, no me pongas dos velitas negras, por favor, ha sido bienintencionadamente.
En tu honor, voy a hacer uso omiso de emoticonos.

Nota: claramente, no es obligatorio leer todo lo que sigue a continuación –ni responder.

Sara dijo...

Creo que en primer lugar me gustaría comentar, simplemente tu forma de empezar y terminar el texto. Creo que nunca, nadie –ni críticos, ni escritores, ni lectores- se ha puesto de acuerdo respecto a ¿qué es más importante, ofrecer un buen principio que enganche al lector, o dar un gran final que sea imborrable? . Bueno en mi opinión has clavado ambos: empiezas con fuerza y terminas con fuerza. La determinación, la energía del texto se presenta desde la primera palabra: obligas al lector a prestarte atención, a escucharte (de hecho interpelas en algunos momentos a una segunda persona, a un “tú”, al lector, que más que lector, ¡parece oyente!: “¿Sigues necesitando una explicación?”, “Lárgate de aquí.”). Como si en vez de estar leyendo una página te tuviera enfrente, hablándole. Y ello me lleva al segundo punto.

Sara dijo...

Si tuviera que colocar tu escrito en alguna categoría (cosa que afortunadamente no es necesaria) tendría un serio problema, porque mezclas varios géneros. La huella del teatro en ti es innegable, de hecho la metáfora de vida igual a teatro “La vida es un enorme teatro,” es recurrente en tus textos. Y precisamente en este, que está escrito en forma de (por dotarlo de un nombre) pseudo-diálogo, diría que el género dramático está aún más presente lo cual, creo que beneficia mucho a tu intención comunicativa. El estilo directo y todas esas voces (digo, dices, dice, dicen…) dotan de agilidad al texto, de transparencia, y además… (segundo género), recuerdan al género político-propagandístico: realmente el tono no es muy distinto del que puede usarse en un discurso reivindicativo o en una proclama ( “Somos los que dijimos en alto lo que otros ni siquiera se atrevieron a pensar” ).

Sara dijo...

Un tono por cierto muy agresivo, intimidatorio en ciertos momentos, o más bien, desafiante: “A la mierda la universidad”, “Que os jodan.”. Y sin embargo, por otro lado, muy poético y sensible (tercer género): “Maniquíes sin rostro desperdigados por las costas de todas las ciudades. Llenándose de algas y de arena con el golpe de las olas.” “como una habitación en la que no deja de llover, con los muebles caídos, los libros por el suelo y la cubertería clavada en el techo lleno de nubes.” Otros rasgos poéticos, la rima interna: “Cambia drogas por cumbres nevadas y el What's up por la selva más lejana”, la comparación “Alucinante, como contemplar la creación del sistema solar en segundos.” –personalmente, me ha encantado ésta-, la anáfora, constante a lo largo de todo el texto, la metáfora y otras figuras literarias cuyo nombre sinceramente desconozco “Me faltan palabras para poder sentir en condiciones” -estupenda.

Sara dijo...

¡Y no acaba aquí! También está la reflexión moral-filosófica “Vive como lo sientas, no necesitas un título firmado por alguien que no conoces para lograr eso”, “Y decir la verdad de las cosas es decir la poesía de las cosas”.

Sara dijo...

En conclusión, se trata de un híbrido sensacional. No sólo por la mezcla de géneros: el lenguaje poético aparece seguido de expresiones soeces, cambias de registro a la misma velocidad que te mueves entre lo abstracto o lo concreto, de referencias al Smartphone, pasas a mundos paralelos (“Porque lo real nunca es suficiente”, ¡qué grande!). Cuando el lector piensa que ya “te ha ubicado”, ¡pum! ¡cambias! Es inesperado y sorprendente, mantienes la atención del lector permanentemente, no dejas que se “relaje” ¡tensión constante!

Sara dijo...

Aunque tengo que decir que, por el contrario, el encontrarme por ahí a “Yo en cambio prefiero violarlas, acabar con su dignidad, corromperlas hasta que se desentrañan” y a “¿Y qué? El lenguaje es mío y me lo follo cuando quiero”, no termina de gustarme. Pero es cuestión de gusto y reconozco que soy demasiado purista en ocasiones.

Sara dijo...

Por otro lado, la invención de palabras me parece muy divertida. Voto porque monstruizante y Silensible sean agregadas al diccionario. Y algunas frases que me gustaría remarcar:

“Son los momentos que poseo, y los deformaré hasta hacer de ellos esculturas de lo que siento” (rima interna de nuevo).

“No gritan, no se quiebran en llantos. Por dentro son desiertos”.

“Somos los que inventan palabras, e imágenes, cuentos y mundos paralelos”.

Sara dijo...

Y ya para terminar (de verdad que siento toda esta verborrea), pasando a cuestiones más de contenido que de forma, no puedo dejar sin comentar el párrafo de: “Digo: Me voy, quiero ver el mundo […] Quiero saberlo todo, conocerlo todo.”, bueno, ha tenido sobre mí el mismo efecto que la onda expansiva de una explosión gigantesca. ¿por qué? Bueno pues porque –y tengo la impresión de que no soy la única-, últimamente, mis pensamientos están tomando derroteros muy similares… por no decir idénticos. Y verlos ahí, plasmados en una hoja electrónica, escritos por otra persona, es… impactante. Mi pregunta es si no pasarán de ahí, o si por el contrario tomarán alguna forma consistente. No lo sé. Pero sí sé a qué saben esas ganas de mandarlo todo a la mierda, de largarse, de empezar a vivir según otros parámetros, de una manera totalmente distinta, nueva, y quizás más real.

Sara dijo...

Así que… ¡Que empiece todo de nuevo, que empiece la poesía, que empiecen los cuentos y el teatro!

Y que escribas muchos más textos como éste. Felicidades.

Pura dijo...

Saaaara! Creo que ya has encontrado tu destino: crítica literaria. Desmenuzas el texto de Dani, lo analizas y lo valoras sin pedanterías, sinceramente, como solo lo puede hacer un buen lector .
Los 10 comentarios encadenados son una muestra de ello. Brava!!!