Subo uno de los primeros relatos que escribí, a ver que os parece^^.
No se como calificar esa sensación, produce más miedo que el monstruo de debajo de mi cama, más que el eco de mis pasos cuando camino solo, es peor que el insomnio sin buena compañía, más terrorífico que la risa malvada del tic-tac del reloj que te avisa de cómo la vida se nos escapa de entre los dedos. ¡Dios! verte causa más impacto que una bala de cañón, es como un torrente de sentimientos demasiado intensos, como la visión de la libertad a pocos centímetros. Los ojos de una Gorgona que te atrapan, como una tela de araña de hierro candente, te hacen comprenderla, pero pestañea y te sumerge en una inmensa confusión, una confusión que duele, que quema, que no te deja gritar ni luchar. Puede que no haya aguantado suficiente y me haya vuelto loco, porque te veo a ti y alrededor… oscuridad. Más allá de ti solo hay sombras, millones de figuras fantasmagóricas que nos observan en silencio, conocedores de la batalla que está a punto de comenzar, como si supieran que se avecinara un combate entre titanes, un ultimo vendaval. Y esos espejismos endebles, demasiado débiles para dejar de ser inmateriales tienen razón. Un estallido de luz surca mi mente, y un grito desgarrador resuena ¡RESISTETE ESTÚPIDO! Te miro, me miras, enseño los dientes, estoy atento, giramos en círculos, esperando que se produzca ese ataque, parece que ninguno de los dos nos decidimos, nos volvemos a mirar, se oyen truenos, nos iluminan los rayos, nos moja la lluvia, ¿y que importa? Estamos luchando por sobrevivir un día más. Parece que la energía que despedimos va a hacer reventar la tierra, y el huracán de nuestros pensamientos va a congelar el sol y cegar a las estrellas, estamos solos entre millones de espíritus que nos observan impacientes. Las raíces que salen de tus ojos intentan estrangular a las raíces que salen de los míos, tus miedos intenta clavar un cuchillo en el corazón de mis miedos, tus secretos intentan seducir a los míos, tus mentiras intentan violar a mis mentiras. Nunca he visto a dos tornados juntarse, intentar destruirse, pero la violencia con que nuestras miradas toman contacto para destruirse mutuamente, debe de ser lo más parecido. Tu cabello se mueve hacia diferentes lados, como olas de mar a punto de romper contra costas de mármol. Pero de repente el viento deja de soplar, mis miedos más sorprendentes, mis secretos más oscuros y mis mentiras más numerosas, han rechazado tu ataque, tu pálida de ira, te desquebrajaste, partiéndote en pequeños trozos de cristal.
Vencí, pero ahora había algo peor que enfrentarme a ti. Las nubes oscuras de tormenta de la soledad que se acercaban, las miles de flechas que me herían para recordarme que mi alma todavía seguía dentro de mi cuerpo. Miraba alrededor y me entraban ganas de escavar y esconderme en el primer resquicio de cualquier puerta. Las notas de música mareadas chocaban contra las montañas, causando avalanchas, los volcanes lloraban lava, y sus lágrimas de diamante se tragaban a los bosques, los terremotos hacían temblar la tierra, los animales se lanzaban al vacío. Parece que la rabia de la lucha entre ella y yo había invadido todo, la metástasis de nuestra locura se había extendido hasta el cielo, que se rompía en pedazos sobre mi. ¿Ahora qué se supone que tengo que hacer? Parece que todo es irreal incluso el color ámbar de los únicos trozos de cielo que quedan. Se suceden explosiones nucleares en los desiertos, y los pájaros me echan la culpa de todo, dicen que la destrucción que inunda mi sangre les ha sumergido en el caos.
Me paro a pensar un momento, los pájaros deben de haberse vuelto locos, ¿es que acaso ella no tiene la culpa? Su saliva guardaba tanta destrucción como yo en mi sangre, yo solo me he defendido, ¿de qué me tengo que sentir culpable? Si todo va a acabar me voy tranquilo, muy pocos abrían resistido el fuego de su mirada, el hielo de sus labios, el deseo de sus manos, y seguirían vivos para contarlo. ¿Tendría que haber muerto yo? ¿Habría importado algo? Seguramente todo sería igual.
Avanzo con la elegancia de una pantera, entre las llamaradas de ideas que impactan contra todo. Es extraño te siento cerca, pero se que es imposible, acaso que Caronte como acostumbra no me haya hecho el favor de llevarte en su Rolls Royce al otro lado, me giro, y me sorprendo, y no me refiero a que no estés tú, eso lo esperaba, lo que me sorprendió fue que todo se estaba rehaciendo, todo volvía a su cauce por terrible que me parezca, los coches dejaban de volcar, las aceras se estiraban de nuevo, las farolas no me odiaban, los bosques brotaban otra vez y los volcanes se tragaban sus lágrimas. Todo, volvía a como estaba antes, como si hubiera dado al botón de rebobinar en una película. Todo volvía a como estaba antes, pero tú, ¿Dónde estás tú? ¿Acaso te escondes? ¿No has vuelto a la vida? Dime que si, bríndame la posibilidad de enfermarme a ti otra vez y poder perder.
Pero no, tu nunca has tenido piedad, como los enemigos del colegio, como aquella primera vez en la que te das cuenta que la vida no esta creada a partir de una masa de alegría que también tiene tristeza, y odio, y sangre, que no todo es igual para todos, no tienes piedad como las cuestas arriba, como la vejez, como el cristal demasiado frágil, como cada vez que nos rompen el corazón, solo albergas hielo, eres la psicópata perfecta, haces más daño que el Alzheimer y nunca tienes bastante, pero sin embargo no vuelves a la vida.
Siempre había estado solo, pero nunca había sufrido esta soledad asfixiante, ¿que se supone que tengo que hacer?, no se a donde ir, las buenas ideas han desaparecido de mi mente, parece ser que no eran buenos compañeros de piso, y la razón se fue, sin despedirse, como una amante casada, casi mejor, no soy buen amigo de las despedidas, ¿lo ves? Cada día que pasa estoy más solo, se que si mi corazón no tuviera un muro de costillas rodeándole se habría marchado hace tiempo, y si no fuera tan vago, las ganas de vivir ya me habrían mandado varias postales desde Moscú. ¿Cómo eres tan cruel que tu espíritu no cobra vida, por seguir viéndome sufrir? Todo hay que decirlo si hubiera sido al revés, si tú hubieras salido triunfante, yo habría hecho lo mismo.
Vencí, pero ahora había algo peor que enfrentarme a ti. Las nubes oscuras de tormenta de la soledad que se acercaban, las miles de flechas que me herían para recordarme que mi alma todavía seguía dentro de mi cuerpo. Miraba alrededor y me entraban ganas de escavar y esconderme en el primer resquicio de cualquier puerta. Las notas de música mareadas chocaban contra las montañas, causando avalanchas, los volcanes lloraban lava, y sus lágrimas de diamante se tragaban a los bosques, los terremotos hacían temblar la tierra, los animales se lanzaban al vacío. Parece que la rabia de la lucha entre ella y yo había invadido todo, la metástasis de nuestra locura se había extendido hasta el cielo, que se rompía en pedazos sobre mi. ¿Ahora qué se supone que tengo que hacer? Parece que todo es irreal incluso el color ámbar de los únicos trozos de cielo que quedan. Se suceden explosiones nucleares en los desiertos, y los pájaros me echan la culpa de todo, dicen que la destrucción que inunda mi sangre les ha sumergido en el caos.
Me paro a pensar un momento, los pájaros deben de haberse vuelto locos, ¿es que acaso ella no tiene la culpa? Su saliva guardaba tanta destrucción como yo en mi sangre, yo solo me he defendido, ¿de qué me tengo que sentir culpable? Si todo va a acabar me voy tranquilo, muy pocos abrían resistido el fuego de su mirada, el hielo de sus labios, el deseo de sus manos, y seguirían vivos para contarlo. ¿Tendría que haber muerto yo? ¿Habría importado algo? Seguramente todo sería igual.
Avanzo con la elegancia de una pantera, entre las llamaradas de ideas que impactan contra todo. Es extraño te siento cerca, pero se que es imposible, acaso que Caronte como acostumbra no me haya hecho el favor de llevarte en su Rolls Royce al otro lado, me giro, y me sorprendo, y no me refiero a que no estés tú, eso lo esperaba, lo que me sorprendió fue que todo se estaba rehaciendo, todo volvía a su cauce por terrible que me parezca, los coches dejaban de volcar, las aceras se estiraban de nuevo, las farolas no me odiaban, los bosques brotaban otra vez y los volcanes se tragaban sus lágrimas. Todo, volvía a como estaba antes, como si hubiera dado al botón de rebobinar en una película. Todo volvía a como estaba antes, pero tú, ¿Dónde estás tú? ¿Acaso te escondes? ¿No has vuelto a la vida? Dime que si, bríndame la posibilidad de enfermarme a ti otra vez y poder perder.
Pero no, tu nunca has tenido piedad, como los enemigos del colegio, como aquella primera vez en la que te das cuenta que la vida no esta creada a partir de una masa de alegría que también tiene tristeza, y odio, y sangre, que no todo es igual para todos, no tienes piedad como las cuestas arriba, como la vejez, como el cristal demasiado frágil, como cada vez que nos rompen el corazón, solo albergas hielo, eres la psicópata perfecta, haces más daño que el Alzheimer y nunca tienes bastante, pero sin embargo no vuelves a la vida.
Siempre había estado solo, pero nunca había sufrido esta soledad asfixiante, ¿que se supone que tengo que hacer?, no se a donde ir, las buenas ideas han desaparecido de mi mente, parece ser que no eran buenos compañeros de piso, y la razón se fue, sin despedirse, como una amante casada, casi mejor, no soy buen amigo de las despedidas, ¿lo ves? Cada día que pasa estoy más solo, se que si mi corazón no tuviera un muro de costillas rodeándole se habría marchado hace tiempo, y si no fuera tan vago, las ganas de vivir ya me habrían mandado varias postales desde Moscú. ¿Cómo eres tan cruel que tu espíritu no cobra vida, por seguir viéndome sufrir? Todo hay que decirlo si hubiera sido al revés, si tú hubieras salido triunfante, yo habría hecho lo mismo.
2 comentarios:
¡Cuántos sentimientos agolpados!¡cómo se encadenan sin dejarle repiro al lector! ¿Hace mucho que escribiste esto? Parece responder a un ataque de enamoramiento doloroso ¿no? Está muy bien que sepamos sacarlos y ponerlos sobre el papel. Eso ayuda.
Bueno, lo escribí el curso pasado ya ha finales creo, pero por ahí debio de ser.
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