lunes, 31 de mayo de 2010
over the sea
Ola tras ola
Marea de hierro sobre la arena
Cuentas de cristal y estabas sola
En un acantilado frente al mar
Existió perdido
En algún sitio varado
Astillado y tranquilo
Vereda seca bajo el fogoso sol
Dónde perecen ya las hojas secas
En un desierto que a fuego
Quemo en ardiente chispa un ahogado corazón
Entre mareas coralinas
Rasgando a trazos la pálida piel
Sangrando el océano intrincado
Trayendo teñida la espuma
Como el roto centro del deseo y el andar
Cansado y tardío, perdido
Entre pies hundidos bajo el agua
Sólo humedad en esta tierra, insalvable ya sobre océanos
Caminar, reír y correr
Una duna brillante, dorada y espesa
Oasis de calor
Espejismo incierto como la vida
Vuela, vuelve, viene y va
Formando capas de arena dura
Del norte al sur sin reposar
Nómada del viento intranquilo
Sin tregua para teñirse de oscuro
Bajo el sol y junto al mar
En el acantilado caída
Sobre la tormenta vara el cuerpo a descansar
Revolviéndose entre corrientes
Y encallando dónde no llega ni el mundo
Ni amar se puede, meditabundo el alma
En un lugar dónde no alcanza el sol, ni el mar
Tierra, arena, fuego y agua
Espuma blanca, hielo, llama y sal
Lágrima de ojo sellado
De vida triste todo olvidado debe estar
Ella, navegante del recuerdo desecado
Se disuelve y revuelve en la mente
Como un regalo deshojado
Desflorada yace ahora
Sobre la tierra, hecha nada, varada y clara junto a la espuma
Ola tras ola, rota contra la sequedad
Negada, olvidada, muerta, sellada,
Varada, varada, varada,
Varada ella, seca, flotando junto al sol sobre la mar.
Sobre la mar.
La mar…
jueves, 27 de mayo de 2010
Testamento de miércoles
Le lego a lo que fui un mapa y una brújula, una sarta de mentiras, una llamada perdida, un tren
martes, 25 de mayo de 2010
Último día
Testamento de miércoles
(miércoles 26 de mayo 2010)
Dado que este es el último miércoles que vamos a tener Taller, os invito a hacer nuestro particular “Testamento de miércoles” como este que el siempre sorprendente Benedetti nos ofrece.
Aclaro que éste no es un testamento
de esos que se usan como colofón de vida
es un testamento mucho más sencillo
tan solo para el fin de la jornada
o sea que lego para mañana jueves
las preocupaciones que me legara el martes
levemente alteradas por dos digestiones
las usuales noticias del cono sur
y la nube de mosquitos casi vampiros
lego mis catorce estornudos del mediodía
una carta a mi mujer en la que falta la posdata
el final de una novela que a duras penas leo
las siete sonrisas de cinco muchachas
ya que hubo una que me brindó tres
y el ceño fruncido de un señor
que no conozco ni aspiro a conocer
lego un colorido ajedrez moscovita
una computadora japonesa sin pilas
y la buena radio en que está sonando
el español grisáceo de la bibicí
ah la olivetti y el cepillo de dientes
no los lego porsiaca
lego tropos y metáforas de uso privado
que modestamente acuñé en la tarde
por ejemplo el astillero en que reparo mis sueños
el pájaro aleatorio que surge del crepúsculo
la cortina de lluvia que miro y no descorro
lego un remordimiento porque es
aleccionante
lunes, 17 de mayo de 2010
CONCURSO
No os olvidéis.
domingo, 16 de mayo de 2010
Amarillo sol
Tocado y hundido. Hundido en este mar de cemento a punto de enfriarse, en este mar de lágrimas absurdas y apagadas, en este remolino voraz que me equivoca y aparta de las listas de espera. Tocado está ese espíritu que nunca fue más fuerte que el acero ni la piedra, pero que sin embargo cuando flaqueaba su fachada se mantenía su estructura. Hundido está ese niño que nunca quiso crecer, que sólo quería revolotear en un tiempo estático, sin avances ni problemas, sin imprevistos ni desequilibrios. Hundido está todo lo que no pudo salir a flote, alojado entre auroras boreales y crímenes perfectos, a mitad del día y la noche, fundiendo sus nervios con sopletes, desgarrándose el alma con sus caricias.
Hundido en la arena viendo a la Luna hacer su recorrido, a las estrellas nacer y morir. Preguntándome si tu sonrisa existe después de medianoche, queriendo saber las respuestas de nada, sentir nada, pensar nada, ser nada. Esquivando signos de interrogación algo falla y no se sostiene, algo imperceptible que me desconcentra, algo tan mínimo que no puede pasar desapercibido. No sé, pero en este jardín de huesos hechos polvo y jirones de tela, de historias pasadas de moda y puntos de sutura abundan las puertas que no llevan a ninguna parte, ventanas con vista a nuestros errores. Hundiéndome poco a poco, perdiendo la visión y la perspectiva, ahogándome entre folios y cuadernos, y palabras, y comadrejas, y sillas, y fuego, y recuerdos… Los mismos recuerdos que una y otra vez me golpean y me dicen lo mucho que me equivoque y lo mucho que dejé pasar. Y sin poder volver atrás los recuerdos felices son dagas clavadas en la espalda, los recuerdos tristes solamente es acabar calado en un inmenso chaparrón.
Pero escúchame, no tengo tiempo para saltar por los aires tan pronto, no tengo ganas de tirarme al barro. Escúchame porque ni vives ni dejas vivir. Y no me importa que luego puedas dormir bien, ni que no tengas remordimientos. Muerdes y arañas, y sonríes y haces como si nada. Como si no supiera que no tienes rostro, que vives entre sombras. Aléjate de aquí. Escúchame, ya nada sirve, todo está perdido, todo ha ardido o ha explotado. Todo no es nada, todo se ha largado sin volver la vista atrás, todo nunca es suficiente. Y tú sigues con tus juegos de azar sembrando el caos en mi habitación, dejando a mi mente sin corriente eléctrica y a mis ojos sin persianas. Sigues con tus juegos de azar sin importarte los que pierden. Y es que si te pierdo de vista no me encuentro en horas. Escúchame porque ya no eres mi mundo, sólo un lugar inaccesible y embrujado del mapa por el que no quiero acabar sin querer. Escúchame porque ya no eres mi mundo, sólo una frontera dibujada a posta, algo lejano. Algo tan lejano como siempre pero esta vez queriendo que siga lejos. Escúchame porque sólo somos cosmos y aunque duele no verte, sentirte es la perdición de mil ejércitos armados hasta los dientes.
martes, 11 de mayo de 2010
La narración de un instante
1)Un poco antes del amanecer los faros súbitos de un camión nos cegaron al salir de la curva. El mundo se deshizo en esquirlas de vidrio y afilados metales retorcidos. Abrí los ojos y me sorprendió estar vivo todavía...
2)Dos o tres sueños le avisaron de todo: soñaba que ella se había ido y cuando lo despertaba el dolor extendía sus brazos en la oscuridad y la encontraba dormida...
Antonio Muñoz Molina. Escrito en un instante
lunes, 10 de mayo de 2010
...
Otra vez llueve y tu voz golpea mis ventanas, primero chispeando, después con fuerza. Pero esta vez no cedo ante estos fantasmas, y quiero no impregnarme de tu voz ni de tu piel ni de nada tuyo. Para caer al vacío hay tiempo y sobre todo espacio. En esta vida hermética, en la que poco a poco te vas quedando sin oxigeno ya he perdido demasiado esperando arrancarte mil suspiros. Y susurrando al viento que seque mi ventana, para no ver tu recuerdo, para no verte. ¿Cómo no me voy a resquebrajar si todo es ceniza? ¿Cómo no me voy hundir en este césped que me engaña, en esta madriguera en ruinas, en este desconcierto que abrasa? Cansado de soñar con algo efímero prefiero volar.
Otra vez llueve y las nubes no paran de hacer muecas, y algún que otro rayo me devuelve a la realidad. El sonido de la tormenta me despierta y me hace desviar mi pensamiento, fijar la mirada en un reloj parado, en algún libro sin páginas. Y tragando saliva y perdiéndome en un laberinto sin salida ni entrada vuelvo a pensar que no pensar en nada es lo mejor. No pensar en nada y menos en mañana. No pensar en nada y menos en esta maldita lluvia que empaña mis cristales y que me despedaza, que me ahoga y me descentra. No pensar en nada, solamente en seguir viviendo sin temor a las bombas y a los tiburones tigre, a los bancos de peces y a las alfombras voladoras, al despertador y a las heridas.
Otra vez llueve piedras y lamentos, dibujos hechos en poco tiempo y las mismas viejas y nuevas historias. Esas historias que inundan las tazas de té y a veces hasta el sótano, que te obligan a estar nervioso y sudar por dentro, que se ciernen sobre el sol y lo alejan atrayendo a las nubes a base de amenazas y chantajes ¿Por qué no dejan al sol brillar? La mitad del tiempo ya es noche, ya hay demasiada oscuridad por las callejuelas que retorcidas y estrechas componen las arterias de la ciudad. ¿Por qué no dejan al sol brillar? Si ya casi nunca encuentro luz en tus pupilas y mucho menos calor en tus brazos.
Otra vez llueve y se crean charcos de caos y carbón, y yo queriendo evaporarme como el tiempo, me deslizo entre los segundos como puedo pero nada sirve ni es útil, si estas nubes siguen tapando las salidas, controlando los túneles y los pasadizos. Nada es útil si no consigo librarme de tu presencia. Esa presencia que encoje mis muebles, que me hace polvo, que todo lo hiela. Y mientras sigues por aquí creando más destrozos el sol no sale y la hierba se seca y las flores mueren. Mueren los arboles y las regaderas, los espantapájaros y las azadas. El sol no sale si tú sigues eclipsándolo a la fuerza.
Haz que deje de llover, llévate a las nubes…que vuelva el sol.
domingo, 9 de mayo de 2010
rastros de tí
De dos en dos arden fajos de papel
Fuego y ceniza, corazones sin medida
Comprendí ha ce tiempo que mi vida
En la nada se sostenía, fiereza la mía
En dudar cuando convenía
Perecer si perdía y morir sin fe
Háblame, cuéntame de esa historia
Lejana, traviesa en la memoria
De cuando solíamos decir que sí
Sombra… sombra, polvo y arena
Cuando llorabas de pena
En mis manos te mantenía
Amiga mía que fue de ti
Y llena andaba la botella de tequila
En tardes de mentiras, créeme
Cuando te decía, que no te convenía
Y aún así decías
Que merecí todo lo que diste
Lo que diste por mí
No creas ya nada de lo que te dijo él
Eso te diría si estuvieras
Entre mis brazos
Hados, traédmela, regalo del amor
Parece ser perder y amar
Amar y ver morir
Sal, arena y hiel
Sangre, mar y serrín
Rastros de ti
Polvo, arena, y océanos bajo la luna llena
Cada verano pasado, cada nota extranjera
Cada caricatura, perdura mi locura
Eres sombras y borras, un pasado de dos
De dos en dos maté oportunidades
Las reales, las de tus labios imaginarios y leales
Las de tu cuerpo y allí adentro
Tu alma de color púrpura yacía…
Y osa
Destino osa, a decirme que no estuve allí
Viéndola caer y morir
Perderse en mi memoria
Gloria, será la de otros por querer
Yo amé y perdí todas las batallas
No escribo mitos ni canciones
Ni poemas, todas las ocasiones
Ya no estarán, nacieron y se fueron
Presas de este miedo, en mí
Me consume su recuerdo, y ahora
Ella me devora, la quise tanto ¿oyes?
Que su ausencia me devora
Sombra, sombra polvo y arena
Son rastros de ti… y de mí.
viernes, 7 de mayo de 2010
Dust in the Wind
Y es que en realidad, casi nos viene bien, con nuestra acostumbrada indecisión, el hecho de que alguien, en este caso algo, lo vaya eligiendo por nosotros, nos parece perfecto, así no podrás decir, elegí mal, no, en realidad dirás:”oooh, las circunstancias me fueron desfavorables y no pude hacer otra cosa” te compadecerás de ti mismo y eso te ayudará a superar las pérdidas, pero, entonces... ¿Dónde queda la supuesta libertad de elección?¿El libre albedrío? Gracias a estos dos grandes “amigos”, ha habido algunas personas que han conseguido que toda nuestra sociedad evolucione, en unos casos de manera favorable a todos, en otras solo a unos pocos, pero por lo menos decidieron moverse, ya es más de lo que muchos pueden decir.
Si nos paráramos a pensar... ¿No es eso lo que llevamos intentando evitar desde siempre, la pérdida de la libertad de acción?¿No es una de las ideas básicas que todos tenemos instalada en el fondo de nuestro cerebro? Al menos deberíamos. La libertad ha sido programada en nuestras “privilegiadas” cabezas, deberíamos tirar de ella y no lamentarnos de las puertas cerradas, soplar más fuerte que el mismo viento, leer sus pautas de movimiento y actuar antes, ser más rápidos, ya nos lo contaba un cuento, la velocidad de la mente va más allá que la del viento, así que... ¿Por qué no aprovecharla?
El hecho de que nuestra debilidad nos pueda implica algo no muy agradable, la debilidad, somos débiles, tanto que no podemos ni afrontar nuestras propias decisiones, aunque lo más probable, es que estas sean las más duras que tengamos que soportar. Algún precio tendrá que tener la elección, si todo fueran ventajas, ¿qué gracia tendría la existencia misma? Todo sería actuar sin pensar, y si la consecuencia no nos agrada, volver atrás y hacer lo contrario, de todas formas esto tampoco es realmente útil, porque las más de las veces no es o blanco o negro, gracias al cielo existen millones de tonalidades entre uno y otro, esto en parte dificulta la elección, ya no es un 50%, sino que es un 0,001% pero... ahora tienes toda una gama de posibilidades de imposible planteamiento, ya no tienes que terminar de pensar las acciones, ahora, puedes actuar y solo podrás esperar las represalias, porque... a toda acción hay otra igual y opuesta, la física no engaña, es la teoría de todo lo existente, todo lo puede demostrar, bueno, todo excepto la imposibilidad de elección, para esto hay quienes han decidido crear infinitos universos, así sabes que siempre estas escogiendo todas las posibilidades con todos los posibles resultados. A esto nos empuja nuestra cobardía, a la indecisión... A la necesidad de crear infinitas posibilidades, por si la nuestra sale mal poder pensar que en realidad, en algún punto has hecho bien. Pero sabes, que eso no siempre es verdad, puedes elegir mal y salir dañado, o dañar, en realidad poco importa si es uno u otro, el resultado termina siendo el mismo, el dolor, si tienes suerte solo será dolor físico, ese se cura con el tiempo, dejándolo pasar más o menos, pero se cura. En cambio, el psicológico puede perdurar durante una vida completa, puedes no haber sanado de una herida que te infligieron en la infancia y tengas ya edad suficiente para ser considerado una auténtica reliquia.
Aunque... ¿Qué se yo? En muchos casos he dejado que el viento me arrastre como una triste hoja de papel, totalmente indefenso ante una carga tan terriblemente persistente...
martes, 4 de mayo de 2010
¿Damos una semana más de plazo...
¿Qué os parece?
¿Alguna propuesta?
Espero ansiosa las respuestas.
sábado, 1 de mayo de 2010
I Wish It Would Rain Down
Esta mañana cuando desperté me dí cuenta de que mi cuerpo ya no era el mismo, que se había fragmentado en millones y millones de partículas. Al cabo de un rato noté como algunas de ellas comenzaban a destrozarse contra el suelo, creando remolinos de vida durante un instante, para apagarse al siguiente y no volver a ser parte de mi. Algunos de estas partes no cayeron sobre suelo, sino sobre gente, que hastiada miraba hacia arriba con mala cara, sin darse cuenta que eso que tanto detestaban era mi vida, que se la estaba entregando en contra de mi voluntad, pero al fin y al cabo se la estaba entregando y ellos la rechazaban como si fuera algún tipo de enfermedad insoportable que los mataría lenta y dolorosamente. Otros en cambio, una inmensa minoría, parecían disfrutar de lo que les estaba otorgando, se daban cuenta que era algo precioso, que no se repetiría nunca igual, que siempre sería diferente, o al menos eso creo, porque sin duda alguna mientras tenía un cuerpo compacto era de esa opinión, cada una de las lluvias que sobre mí cayó fue totalmente diferente, cada una tenía una esencia propia, como si cada vez estuviera formada por algo totalmente distinto a la anterior, podría llegar a pensar que cada una tenía un color y un olor distinto, pero que mis ojos, como los del resto, no podían diferenciarlos y que por culpa del Ozono no podíamos captar ese característico olor que variaba con cada gota.
Cuando el suelo hubo estado mojado la sensación que percibía al caer era completamente diferente, era como lo que alguien debe sentir cuando salta de un avión en marcha y no muere hasta que no cae al agua, que en ese preciso instante y gracias a la maravillosa tensión superficial es como si saltara contra un grandioso bloque de cemento. La parte en que caía era realmente agradable, liberaba una gran tensión y mi “cuerpo” segregaba algo parecido a la adrenalina, pero me daba cuenta que cada una de las gotas que formaba mi cuerpo estaba destinada a ser lanzada con virulencia contra el suelo, ni una sola sobreviviría al impacto, por tanto, en un tiempo todo mi ser estaría desmembrado a lo largo de toda la ciudad, la más bestial de las defenestraciones, la única con la que conseguirías teñir una ciudad entera de la sangre de un individuo, claro que en este caso mi sangre ha dejado de ser roja ahora soy solo agua, con gran cantidad de partículas nocivas que están en el aire, pero la mayor parte es agua. Ahora, cada vez más consciente de mi condición puedo discernir que parte de lo que había sido mi antiguo cuerpo se destroza contra el suelo, ahora un trozo de bazo, un poco de riñón, ahí va un trozo de mi cerebro, alguna que otra parte de mi intestino y así hasta el infinito.
El sol comienza a calentar las partes de mí que aún no han caído, si esto pasa significa que el final de esta lluvia ya está próximo y con el la infelicidad de todos aquellos que detestan la forma en que he mudado. Noto como mi mente se va oscureciendo, como aparece la neblina típica de la pérdida de conocimiento, como todo se llena de puntitos de colores igual que sucede antes de un desvanecimiento, como mi capacidad para relacionar y reaccionar va desapareciendo. Noto como cada gota que cae es ahora, siempre una parte de mi cerebro, el resto de mi cuerpo yace ya desde hace un rato inerte en el suelo de la fría ciudad, que permanece impasible pese al significado de esta lluvia. Ya no queda nada, solo queda la parte del cerebro que me permite hilar estas sencillas frases, solo me queda despedirme, hasta la próxima, supongo que volveremos a encontrarnos...