Una fria mañana de enero me encuentro en un paseo tachonado con glicineas secas, de las que aún penden las vainas de las semillas.
Bajo estos esqueleticas ramas mi mente vuela y todo a mi alrededor desaparece excepto el paseo, cubierto de musgo y hojas muertas, y el círculo de cipreses que se situa a su entrada anunciando desde lejos el mágico espectaculo uqe espera a cualquiera que se digne a gastat unos minutos recorriendos estos ,casiabadonados, senderos.
Alguién dijo una ves que seria un buen lugar para hacer una fotos artistica y ciertamente lo es: sin tan siquiera hacer le esfuerzo de cerrar los ojos, las fotografias se superpones con la vision original.
Puedes ver sin esfuerzo al modelo , vestido de epoca e illuminado por un rayo de sol fortuito, sentado sobre el muro a un lado del paseo con un pequeño libro entre las manos y la quietud del jardin envolviendole...
Puedes ver a una dama caminando entre las hojas muertas aireando su podredumbre a cada paso y dejando que el frio viento le remueva el pelo...
Tambien puedes ver a la pareja de enamorados jugando a encontrarse entre los cipreses o celebrando su encuentro en el centro mismo del círculo bajo la atenta mirada de los imponentes arboles...
Podria pasar bajo este tachonado de glicineas secas todo el día viendo y sintiendo la paz que respiran estas plantas marchitas, pero el frio de enero atenaza mis dedos y los minutos que me he dignado a pasar recorriendo estos senderos casi abandonado han llegado a su fin.
Sin mas, me voy y regreso a la realidaddejando la magia del círculo de cipreses esperando a que cualquier otro se digne a pasar por alli.
2 comentarios:
Me gusta, es muy evocador :P
¿Parajes románticos? ¿Evocaciones misteriosas? Me recuerda por ello a las Leyendas de Bécquer, tan sugerentes y tan bonitas.
(Sara, repasa lo que escribes; hay muchos errores de escritura y eso dificulta la comprensión de lo escrito. ¿Vale?)
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