-¡Para ya Nico! Me duele la cabeza.
-Lo siento tío, pero me aburro. No lo puedo evitar.
-Ya pues a mí me tiemblan los pelos, solo con oírte golpear la silla.
-Pero tienes un sentido tío. No son golpes, es algo más.
-Si ya… déjame adivinar, es algo astral.
-En efecto, es algo superior. Como si un dios divino moviese mis manos.
-¿Y ese dios tuyo también te las mueves cuando te pajeas?
-No tío. Esto es algo distinto, algo superior, algo…
-Algo poco silencioso. Mira, deberíamos dar gracias a los nuevos silenciadores para motor que han fabricado, ahora ya podemos disfrutar del silencio hasta en la ciudad.
-Cállate anda, que pareces un anuncio de televisión.
Sus manos se movieron solas, cogieron un boli y un lápiz de mi mesa y empezaron a golpear la mesa y la silla al mismo tiempo.
-¿¡Quieres parar!? Me estas hartando.
-Pero si es genial, mira como suena, y ahora con la grapadora ¡Cling! Más mejor tío.
-¿Cómo va a ser mejor si suena ha roto?
-Porque es distinto, otro timbre otro tono otro sonido.
-Ya y ¿Qué es?
-Es algo nuevo, una nueva forma de arte, como aquel hombre del teatro que se subía al escenario y gritaba. Es música.
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