Sin esto, yo no sería yo (o sí, quién sabe).
El mundo ―mi mundo,
el de ahora― no sería igual de azul.
Y
las tardes de algunos días serían más cortas, más triste, menos risueñas.
Seguro
que dormiría la siesta plácidamente mientras veía los animalitos de la 2.
Pero
sin duda habría perdido el hilo y andaría desorientada.
Porque
sin vosotros, no sería igual mi mundo,
(quizá
tampoco el vuestro, no sé, quién sabe),
Sin
la red que nos enreda a todos en una maraña de sorpresas, confusiones y
certezas
y
que tejemos con el hilo azul semana tras semana, curso tras curso, año tras
año.
Cabezas,
ojos, manos, corazones, pensamientos y sentimientos, tristezas y alegrías,
Cuelgan
de esta red, se atan, se mezclan, se enmarañan unos con otros.
A
veces, sin conocernos, nos identificamos mutuamente y nos reconocemos como si todos
juntos hubiéramos compartido cafés, meriendas, celebraciones, congresos,
exposiciones, teatro.
Y
es que donde han estado unos hemos estado todos.
El
hilo azul nos ata suavemente y tiende lazos entre nosotros por encima de edades
y de caminos.
Y,
sin embargo, el hilo azul nos individualiza y nos enfrenta con nosotros mismos.
Por
todo esto, sin vosotros, mi mundo no sería el mismo ni yo sería yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario