miércoles, 18 de enero de 2012

Este-no-es-mi-mundo.

Sin esto, yo no sería yo (o sí, quién sabe).
El mundo ―mi mundo, el de ahora― no sería igual de azul.
Y las tardes de algunos días serían más cortas, más triste, menos risueñas.
Seguro que dormiría la siesta plácidamente mientras veía los animalitos de la 2.
Pero sin duda habría perdido el hilo y andaría desorientada.
Porque sin vosotros, no sería igual mi mundo,
(quizá tampoco el vuestro, no sé, quién sabe),
Sin la red que nos enreda a todos en una maraña de sorpresas, confusiones y certezas
y que tejemos con el hilo azul semana tras semana, curso tras curso, año tras año.
Cabezas, ojos, manos, corazones, pensamientos y sentimientos, tristezas y alegrías,
Cuelgan de esta red, se atan, se mezclan, se enmarañan unos con otros.
A veces, sin conocernos, nos identificamos mutuamente y nos reconocemos como si todos juntos hubiéramos compartido cafés, meriendas, celebraciones, congresos, exposiciones, teatro.
Y es que donde han estado unos hemos estado todos.
El hilo azul nos ata suavemente y tiende lazos entre nosotros por encima de edades y de caminos.
Y, sin embargo, el hilo azul nos individualiza y nos enfrenta con nosotros mismos.
Por todo esto, sin vosotros, mi mundo no sería el mismo ni yo sería yo.

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